La relación entre mi esposo y yo se enfrió hace mucho tiempo, mientras que yo amo en secreto a mi cuñada Karen. Debido al trabajo ajetreado y a la imposibilidad de estar sola, no la he visto en un año. Esta vez mi esposa viajaba sola, así que inmediatamente invité a Karen al hotel y pasamos todo el día juntas. Al ver a Karen nuevamente, no pude controlar mi deseo. Nos abalanzamos el uno hacia el otro como animales salvajes, ¡y ella incluso accedió a dejarme liberar todo el semen que se había acumulado durante el año dentro de ella! De la mañana a la noche, de la noche a la mañana, no perdimos ni un solo momento. Al final, incluso me salté el tener que recoger a mi mujer y dejarla esperar en la estación mientras me divertía con su hermana...